lunes, 28 de diciembre de 2015

Crónica III Trail Las Palomas. Zahara de la Sierra

La carrera

Hay carreras en las cuales los dorsales desaparecen a las pocas horas (en algunas minutos) de abrirse la inscripción y esta carrera tiene toda la pinta de convertirse en una de ellas.  Es una carrera dura y muy exigente, tiene bastantes subidas por senderos en los que solo puede pasar una persona (tapones) y bajadas parecidas. Tiene todo lo que le puedes pedir a una trail: distancia asequible, escenario inmejorable y dureza. Es una trail para repetir, merece la pena el dinero de la inscripción, además la bolsa del corredor llevaba camiseta de manga larga y una braga,  pero no la recomendaríamos como primer contacto al trail por su exigente desnivel acumulado.

El recorrido

Recorrido circular de 22 km y 1400 metros de desnivel acumulado positivo de una belleza impresionante.


Organización

Buena organización aunque con detalles por pulir. 

Muy bien:
- El balizaje; ha sido muy bueno, de los mejores que hemos visto, y en cada punto que había una zona conflictiva ya fuese por peligrosa o por posible confusión allí había un voluntario.
- Avituallamientos; el avituallamiento sólido del kilómetro 13 con melón, naranja y plátano, todo muy abundante, era perfecto. Al llegar a meta había un guiso buenísimo al que solo le faltaba una cerveza.

A mejorar:
- En el primer avituallamiento se quedaron sin vasos de plástico por lo que les decían a los corredores que iban llegando que bebieran "a gollete"  (yo iba en el vagón de cola)
- El kilometraje estaba mal  pero, al menos, estaba.
- La página web; es necesario que las organizaciones de las carreras se den cuenta de que un corredor popular busca en la página de la organización una interacción rápida y en esta página hay muchos mensajes de corredores sin responder. Otras dos cosas que busca todo popular es que las clasificaciones y las fotos no haya que buscarlas por internet, si no que estén en la web de la carrera y cuanto antes mejor.


Nuestra carrera

Íbamos cuatro representantes del Aborigen Trailrun Team; Gustavo, Pedro, Jose María y Juan. Creo que una de las consignas del club es "cualquiera puede hacerlo" y en este caso dos de nuestros corredores lo iban a demostrar empíricamente, ya que Gustavo llevaba 4 meses sin correr, y cuando digo sin correr quiero decir que las zapatillas estaban sin usar desde el trail nocturno virgen de las piedras,  y nuestro compañero Pedro llevaba desde el trail de la marcha cueva del gato, es decir, unos dos meses sin entrenar.  Yo por mi parte aunque había hecho cuestas, las había hecho en asfalto y llevaba sin pisar terreno trail casi un mes.

Con este escenario estaba claro que saldríamos todos juntos al final y que luego iríamos buscando cada uno nuestro ritmo. 



La carrera enseguida empezó a complicarse, primero por el desnivel acumulado que tenía, que era subir y subir, y luego por el viento. Hubo tramos donde pensaba que iba a salir despedido, de hecho me planteé sacar el móvil para hacer un vídeo pero el viento casi me lo arranca de la mano.

En mi caso fuí hasta el kilómetro 5 sufriendo ya que el cuerpo no iba bien, las piernas no iban y no paraban de sucederse cuestas y más cuestas. Debido a que ya empezamos a meternos por senderos en los que solo podía pasar una persona, me amoldé al ritmo del grupo en el que iba, ya que era una tontería adelantar si luego iba a entorpecer. Ya por el kilómetro 9 me dí cuenta que el ritmo que llevaba mi grupo no era para llegar en 3 horas y 30 minutos (tiempo de corte de llegada a meta, al menos, en teoría), yo hasta este momento creía que iba en un grupo de 3 horas ya que todos habían acabado el año pasado en 3 horas.  Por cierto, ese kilómetro 9 fue de lo más duro, era una peña sin apenas vegetación donde alcanzábamos la altura máxima del recorrido y en donde por primera vez, en mi experiencia como corredor trail, he tenido que gatear, no ya solo por lo empinado y escarpado de la zona si no también porque estábamos a merced de un viento huracanado. Intenté grabarlo con el móvil pero ya digo que era imposible. Pero puedo asegurar que fué el tramo donde si ví peligro de que el viento me tirase peña abajo.



Del kilómetro 9 al 14 fueron kilómetros de ir a un ritmo rápido intentando recuperar el tiempo perdido y de luchar con algunos corredores que no daban paso cuando se les pedía. Así llegué al avituallamiento del kilómetro 14, tomé un trozo de  melón (que bueno estaba), rellené los bidones de agua y salí rápido ya que así conseguía adelantar a otro grupo de corredores. De nuevo del kilómetro 14 al 16,5 fue ir a lo que podía o lo que me dejaban los de delante. En el kilómetro 16,5 me encontré con una cuesta de zahorra que me ganó la batalla. Esa cuesta era un carril amplio, ahí no tenía la excusa de que no podía adelantar...me puse a andar y a ayudarme con las manos en los cuadriceps, algunos de los que yo había adelantado en alguna bajada ahora me estaban adelantando andando pero es que no podía más. Me fijé como objetivo una corredora que iba andando a buen ritmo y me propuse como meta que no me sacara más ventaja de la que ya me había sacado.  En esta cuesta perdí lo poco que había recuperado de tiempo, pegaba el sol que se reflejaba en la zahorra y daba más sensación de bochorno y yo no veía el final de esta cuesta.

Por fin llegamos al final de la cuesta, nos encontramos el último avituallamiento donde tomé un isotónico de un trago, subimos un poco más y ya era una bajada de asfalto. Ahí me iba a poner "a saco" pero un corredor me advirtió que al final había una nueva subida y que guardase algo de fuerzas. Mientras bajaba por la carretera "aguantando el ritmo" sobre 4:40 min/km intentaba por primera vez en la carrera calcular mi tiempo de llegada y si iba a ser dentro del cierre. Cuando la bajada se acabó y ví donde estaba y lo que quedaba para meta ya supe que no iba a ser posible. Intenté no andar en esa última subida, intenté darlo todo y me puse a trotar. Así llegué a la plaza de meta en 3h 32 minutos. Mi compañero Juan  había llegado en 2h 56 minutos. Pedro y Gustavo llegaron en 4 horas justas demostrando que muchas veces puede más la mente que el cuerpo.

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